Si nos
ponemos a buscar la definición de la palabra fidelidad, podemos encontrarnos
muchas cosas, pero en especial lo siguiente: ‘La fidelidad es la virtud
para dar cumplimiento a una promesa’ ¿Es eso realmente cierto? ¿Puede entonces
alguien cumplir una promesa y ser fiel solo con eso?
Una de las características que más se valora en las relaciones sociales es la fidelidad, la cual va unida a la aceptación del prójimo amado tal y cómo es. Así mismo la comprensión y compañía que no espera nada a cambio, que solamente se da por deseo de compartir la vida con otra persona.
Pero ¿y
la lealtad? Se considera que una persona
es quien confronta y expresa sus ideas frente a una causa, sin traicionar pero
hablando siempre claramente sobre los temas.
La
lealtad y la fidelidad son dos cosas completamente distintas. Y pese a que
muchas veces se los confunde, estos dos conceptos se diferencian claramente en
el objeto que los promueve.
Por otro
lado, para estas alturas sería bueno definir las relaciones, hay muchos tipos. ¿Cuáles
serían los elementos ‘ideales’ de una relación? Pregúntalo a muchas personas y
seguramente entre las respuestas figurarán cosas como 'amor, confianza y
fidelidad’
El ser
humano requiere ese tipo de situaciones en sus idilios, pero es por las
costumbres sociales. Por los mismos conceptos que han definido las personas a
lo largo del tiempo y que en la actualidad muchos coincidieran que son los
pilares esenciales de todo.
Estamos en
un punto en que las personas creen que la fidelidad es el mayor compromiso que
una pareja puede tener pero ¿de qué sirve que una pareja goce de lo que
llamamos ‘exclusividad’ si cuando se necesitan uno al otro no están?
Para eso
está la lealtad.
La definición
real de lealtad nos explica que puedes ser leal a una causa más no a una
persona. Por lo tanto, no tienes que ser leal a quien amas, sino a lo que hay
entre ustedes, la lealtad que demuestras hacia el amor que se tiene es lo que
cambia las cosas.
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