Cual mujer que de ser una persona completamente amable puede convertirse en algo contrario, no, no es un conflicto de personalidad es simplemente el veneno que está recorriendo sus venas el que hace que cambie su forma de actuar y hasta posiblemente la de pensar sin que cambie su aspectos físico, pero siempre en sus ojos se encontrará aquel destello de luz que no es el propio, aquel que tan solo tiene sed de venganza o de salir fuera de aquel cuerpo que definitivamente no es suyo y que tal vez no será nunca.
¿Cómo identificar a un infectado?
Es acaso alguien que solo esta sonriendo, pero cuando menos te lo esperas es otra persona completamente diferente a lo que quieres que sea o a lo que ella misma podría ser. Ejemplifiquemos un poco para mostrar las diferentes formas de identificación:
Miranda era una chica completamente normal que se preocupaba tan solo por pocas cosas, llegó a enamorarse o al menos eso era lo que creía, estuvo bastante tiempo saliendo con aquel chico que parecía ser el amor de su vida, pero cuando se dio cuenta encontró una encrucijada en su corazón, ya no tenía el mismo amor a aquella persona, y tal vez nunca lo tendría porque no era en realidad algo puro, era mero capricho.
Terminó con aquel chico y pronto era muy feliz, demasiado pronto tal vez, no estaba reprimiendo nada, ni siquiera se había sentido mal, estaba en un estrado completamente imperturbable. Pasaron varios días, tiempos en los que iba y venía de persona en persona hasta que decidió enfrascarse en la soledad, no quedaba nada más, hay que aprender muchas cosas antes de querer aprender de alguien que no seas tú mismo.
El veneno comenzó a correr, cuando era ella misma y era la persona más pura que pudiera encontrarse. Recorría cada parte de su ser, haciéndola tener regresiones que cambiaran su mirada en tan solo pocos segundo. Se dejaba dominar fácil, pues es más complicado ponerse a discutir con aquella parte de tu alma que está infectada
¿Cómo actual el veneno?
El veneno corrompe el alma, fácil y sencillo es como va de a poco arrancando pedacitos de la forma de ser de la persona invadiéndola hasta colorearla completamente, actúa de forma más sencilla o complicada dependiendo del color del alma que cada uno tenga, entra por el corazón y sale por la boca principalmente.
Te envenenas cuando comienzas a querer ser tú pero fuiste alguien más sin darte cuenta. Empieza a actuar de una forma muy sigilosa, ni siquiera te das cuenta cuando es que está en su punto más alto, especialmente cuando estás realizando tus actividades del día a día y de repente tienes una mueca de desdén en el rostro, haces un gesto de desprecio hasta a los que más quieres.
Puedes cruzarte con alguien que te agrada en el camino y actuar de la forma más huraña existente y ni siquiera haces nada, porque el veneno no te avisa, ni tu propio corazón está despierto como para darse cuenta de que tú no eres quien creías ser. Y como toda mentira repetida, acabas por tomarla por real. Todos estamos propensos a sufrir el efecto del veneno.
¿Qué hacer cuando estás infectado?
Nada, nadie puede hacer nada, ni tú ni yo ni si te das cuenta a tiempo. Al fin y al cabo, el poder y el orgullo siempre vencerán a todo lo que esté dentro de tu personalidad que no te guste, o que simplemente no sea lo suficientemente fuerte como para sobrevivir a un ataque.
Si estas infectado lo único que queda por hacer es aprovechar el poder que ahora tienes, sonreír y arquear una ceja sin que nada te haga querer cambiar de opinión.
Sí, el veneno puede ser un gran aliado.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario